Por: Jorge Luis Chavarría
Noviembre 2020
La fotografía ha evolucionado de tal forma que la misma como la interpretamos actualmente ha cambiado año tras año desde su nacimiento hasta este preciso momento, pasó de ser un medio de representar y dejar un legado de nosotros mismos, demostrar que algo existió a través de una imagen impresa sobre un medio a ser una imagen efímera. Esta evolución tan drástica nos hace cuestionar el fin de cada imagen que creamos, el poder de la imagen esta en su misma habilidad de tener distintos usos, un retrato, documentar un momento histórico, un evento personal, una pieza de arte. Siempre ha sido tan versátil y funcional que muchas veces perdemos que damos por sentado cada click que hacemos con nuestro teléfono o nuestra cámara, cada vez todo debe ser más rápido, todo debe ser acelerado, muchísimo de lo que se produce ahora tiene un final en redes sociales o espacios digitales, un final efímero por seguro.
¿Cómo sobrevivir en el tiempo?, la respuesta siempre ha estado en nuestras manos, desde sus mismos orígenes: la fotografía como objeto, la imagen impresa. Casi el total de las imágenes que producimos actualmente viven en un dispositivo electrónico, que por naturaleza está destinado a fallar, es algo que va a suceder y no podemos negar, imágenes que viven en un archivo dentro de un dispositivo, que cobran vida solamente a través del dispositivo donde las vemos, esto representa un problema, las tecnologías cambian cada día, no sabemos si nuestras imágenes realmente sobrevivirán en el tiempo por compatibilidad al pasado, no existe esa garantía real. La imagen impresa, como objeto físico, es la única forma simple y segura de saber que una imagen sobrevivirá en el tiempo, no importando su tipo: un retrato, nuestros hijos, plantas, mascotas, eventos personales, históricos, etc. cualquier solo podrá sobrevivir si la llevamos al medio original con el fue fueron concebidas, un objeto físico, es lo que los museos, galerías, coleccionistas, nosotros conservamos, como lo que son, nuestros tesoros. El poder de la fotografía es inmenso, incluso olvidamos que nuestro mundo gira entorno a imágenes percibidas por nuestros ojos en cada milésima de segundo y que llegan a al cerebro formando infinidad de memorias, a su vez efímeras, cada vez se desvanecen más y más con el paso del tiempo, una imagen fotográfica nos permite mantener vivas las memorias, eventos, ideas de una artista/fotógrafo transformado en una imagen, etc. La imagen debe sobrevivir al tiempo, incluso más que nosotros mismos.
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