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Redacción El Attico

LA CENSURA EN EL ARTE


La maquinaria de la censura siempre ha sido una afrenta para las ideas.  En el universo del arte, incluso, ha llevado a destruir obras valiosas cuyos contenidos herían pensamientos obtusos.  Se me ocurre pensar, por ejemplo, que los recientes incendios en los altares de algunas iglesias en Francia, Nicaragua y México, podrían ser un modo de censurar a la iglesia católica y las creencias de su grey.  El Asesinato de Lorca, La quema de libros en la Alemania nazi, el retiro de la escultura de Manolo Gallardo en el Teatro Nacional o cubrir las invitaciones postales de la retrospectiva de Antonia Matos, pueden ser ejemplos que denoten la fuerza que ejerce el ignorante en la supresión de las ideas.

Haciendo una investigación sobre arte de principios de siglo XX me topé con una estatua de Francisco Vela, realizada inicialmente para el Mapa en Relieve en 1909.  De hecho, la pieza se exhibió sobre un pedestal durante algún tiempo en su lugar de destino.  Vela, modelado al estilo clásico por Justo de Gandarias, mostraba, garboso, su pecho desnudo y su cabeza erguida con la mirada perdida en el horizonte.  No importando la calidad de la obra y la relevancia de su autor, fue retirada de su emplazamiento (aunque no destruida) porque ponía en zozobra la integridad de quienes la observaban y la memoria del difunto.  Finalmente, según cuentan los descendientes del ilustre artista, se dijo como pretexto que “un militar estaba muy por encima de cualquier clásico”. 

Ahora existen otras máquinas de censura.  Hay que cuidar lo que se cuelga en Instagram o en Facebook, porque puede ofender el equilibrio intelectual de los que navegan el día entero por las redes viendo memes.  Todo pensamiento que no se comprende, imagen artística o fotografía, que más de alguno interprete sea ofensiva, pasa por una censura que puede ser temporal, pero que la mayoría de las veces es permanente.  La censura es un mal que ha acompañado a la humanidad desde siempre.  Solo las sociedades evolucionadas consiguen alimentar las ideas, dejándolas volar con libertad hacia el futuro.


Texto: Guillermo Monsanto

Ilustración: Gabriel Fuentes


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