La historia del arte guatemalteco del siglo XIX es un universo que no termina de sorprender. Hay muchos investigadores que se han especializado en áreas específicas y publicado sus hallazgos en diversidad de medios. Sin embargo, cuesta encontrar documentos integrados en los que se pueda apreciar el abanico de artistas (mujeres incluidas) que propusieron sus productos creativos a lo largo de aquella centuria.
En 2021 escribí un ensayo en el que integré material disperso relacionado con las artes visuales y la interconexión que existió entre la gráfica y la fotografía y, a partir de ellas, con la pintura y la escultura. En ese ejercicio, publicado en el compendio Bicentenario en busca de la libertad de la UFM, me apareció en distintos momentos el nombre de un artista llamado Viviano Salvatierra.
No se sabe mucho de su primera educación. Pudo haber sido discípulo Julián Falla, Doménico Toyetti y Ángelo Moschini, probablemente relacionado con la escuela de arte de la Sociedad Económica. El Diccionario Enciclopédico de Guatemala, que es quien vierte estos datos, indica que también lo fue de Francisco Cabrera, pero por las fechas de muerte del miniaturista esta afirmación es imposible.
En 2021 escribí un ensayo en el que integré material disperso relacionado con las artes visuales.
¿Fue Salvatierra un artista precoz? Cuando tenía apenas 15 años pintó el telón de boca del Teatro Carrera para su estreno en 1859. Lo que implica que a esa edad ya ejercía como escenógrafo abriendo la posibilidad hacia otra línea de investigación y la relación interdisciplinaria entre las artes escénicas y las visuales.
Lo que sí se sabe es que debido a su excelencia fue becado a París, donde se especializó en fotografía, grabado y litografía bajo la guía de maestros de las escuelas neoclásicas, naturalistas e impresionistas. Formación que podría sugerir su estilo tan particular respecto a la poca obra religiosa localizada. Con esta temática obtuvo diferentes distinciones.
En 1875, ganó por oposición la cátedra de dibujo de la Escuela de la Sociedad Económica. Entre sus obras más conocidas se lista un Retrato en miniatura de Rafael Carrera, Desnudo masculino y su Autorretrato. También hay localizados dos retratos; uno femenino en la Casa Popenoe y otro masculino en la colección Monesco.
Junto al nicaragüense Fernando Caldera fundó un taller litográfico en donde se ilustró, en 1875, Un viaje al otro mundo pasando por otras partes, del literato José Milla. El establecimiento del fotógrafo y corresponsal de prensa William Buchanan pasaría a sus manos. Allí, según el Diccionario Enciclopédico de Guatemala, fabricaría “papel sensible para fotografía”.
La Historia General de Guatemala indica que “hacia 1870 se lista a Salvatierra como el primer fotógrafo en utilizar formatos de grandes dimensiones”, resultado que supone una línea de búsqueda y encuentros que, en aquel momento, pudo haber sido tendencia y que otros iniciados también exploraron con sus propios aciertos. Murió a los 44 años.
Por: Guillermo Monsanto
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