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Tres caballeros


La señora muerte se apareció en un lapso relativamente corto, 8 de junio y 27 de julio de 2023, y se llevó con ella a tres caballeros vinculados al universo del arte. Curioso porque estos hombres son recordados como seres luz debido a verticalidad.


Pintura de Arnoldo Gálvez realizada con la mano izquierda después del derrame.


El primero en subirse a la Barca de Caronte fue Arnoldo Gálvez, nacido el 22 de noviembre de 1938. Singular desde cualquier punto que se le aprecie, debido a su cálido trato y su desbordado ingenio.


Su padre, Alfredo Gálvez Suárez (1899-1946), lo retrató siendo un niño de 5 años. Aquella pintura de Arnoldito lo inmortalizó en los libros de historia del arte y hoy es parte de la colección nacional en la pinacoteca del Banco de Guatemala.


La muerte prematura de Gálvez Suárez determinó su futuro, ya que comenzó a trabajar desde muy joven. De hecho, no llegó a terminar la secundaria. Aun así, floreció acompañado de una personalidad singular de la que no estuvo exento lo artístico. Al final de la vida sufrió una hemiplejia que lo volcó a pintar, con la mano izquierda, hasta que el Covid se lo llevó.


Roberto Calderón (Circa 1940), artista visual y arquitecto, desarrolló una amplia carrera en ambas especialidades. José María Magaña publicó una sentida apología que expone, en toda su dimensión, los alcances de este hombre quien falleció el 24 de julio.


En lo visual estudió algunos cursos en la Escuela Nacional de Artes Plásticas con maestros como Rodolfo Galeotti Torres, Óscar y Roberto González Goyri, Guillermo Grajeda Mena, Elmar René Rojas y Josefina Alonso de Rodríguez. Entre muchos honores, izó la bandera del Banco Industrial. Mucha de su obra está vinculada a lo arquitectónico. Reluce en esta línea una carpeta con fachadas muy puntuales trabajadas en un depurado estilo puntillista.


Tres mosqueteros del bien.


Manuel González Bolaños (1951-2023) partió sorpresivamente dejando un vacío en el ambiente cultural. Además de sus estudios en arquitectura y bellas artes en la Usac, también se adentró en la pintura, orfebrería y apreciación artística en el Estudio-Taller de Roberto Cabrera. Su obra -una mezcla entre lo metafísico, surrealista e hiperrealista- posee delicadeza compositiva y una armoniosa paleta de color.


De los tres fue el que más participación alcanzó en las distintas plataformas como galerías, subastas y actividades diversas. Su logro más reciente fue recibir el Premio Carlos Mérida otorgado por el Ministerio de Cultura y Deportes.


Se fueron tres grandes hombres. Su labor, siempre vinculada a la exaltación de Guatemala, queda para hacer patentes sus luces. Su don de gente, formación y relaciones públicas hacen que se perciba un vacío difícil de superar. Anecdóticos, memoria de su tiempo, personalidades magnéticas les presenta como lo que fueron: hombres de bien. Queda esta nota como un registro y un homenaje para estos tres mosqueteros. Descansen en paz ya que su legado les representa.


Por: Guillermo Monsanto


Tomado del Diario de CentroAmérica el 3 de agosto de 2023.

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