Las salas de El Attico reciben una exposición cuyos basamentos conceptuales giran en torno al agua y al oxígeno. Abstracción que se materializa a partir de ejes temáticos relativos al manejo de los desechos plásticos y las consecuencias provocadas por estos en la supervivencia del preciado líquido, la temperatura y la vida orgánica del globo. Tampoco olvida la presión que el tema ejerce en los escenarios políticos y los intereses, algunas veces manipulados, de los medios de comunicación. El agua, entonces se convierte en protagonista al aglutinar la basura, transportarla y ocultarla (en apariencia).
La muestra es una exhibición cuidadosamente armada, en la que se han cuidado detalles que caben dentro del campo didáctico, denuncia y concienciación. Para ello su autora, Katia Miranda, se ha adentrado en el universo multimedia, fusionando diferentes tecnologías en beneficio del hecho artístico. La socialización de la investigación viene de la mano de una serie de interacciones que involucran la creatividad, experiencias y conciencia del observador, amarradas por la garra de la artista. De allí que los resultados brinden una interactividad poco usual para una galería de arte, al transformar el espacio en un verdadero laboratorio conceptual.
Fotografía: Selvin García